viernes, 18 de mayo de 2012

Kertesz

Los espejos me llevaron
a la sombra borrosa
que sopesa impresiciones
y borronea promesa
al tiempo que se estira
así a través del aire
hacia la línea luminosa
y vacía
del mañana


miércoles, 9 de mayo de 2012

difusa 2


hay un camino que no está
sin embargo
se abre como invitando

no podemos decir que su llamado es de
promesa
ni siquiera
podemos decir que llame:
es apenas la tensión del alma
el hambre de la mirada
y una memoria más vieja que las piedras
-pero igual de sabia-
que nos hace sacudir la pelambre
como perro salido del agua
y
convertidos en remolino de luz
hacer mella en la grisura
de lo que aún no existe

difusa


perdida
detrás de mi propio ruido
encontrada
en las profundas excavaciones arqueológicas
de la inocencia
callada
como todos los seres que no necesitan decirse
para ser

enciendo la suave linterna de la memoria
enlazo los tiernos brotes
de lo que viene a amanecer


(callar lo suficiente
lo necesario
lo justo
para reconocerse
música)

lunes, 12 de marzo de 2012

Agazapada

un silencio de espera
de espera en sombras

lejos de creerme perdida
o en los márgenes de toda
utilidad
usufructo o
usura

me cobro respiro a respiro
cada gota de sangre vertida
en llegar hasta acá

este lugar a media luz
donde espero
pronto que amanezca

jueves, 9 de febrero de 2012

abra pala

las palabras
las palabras
a pala abro tumbas
de antiguos tesoros
atesoradados por los días
adorados por las noches
eternos
en el lugar donde eternidad
es solamente
una
palabra
como
dragón
piedra
libélula

aire

viernes, 13 de enero de 2012

Movida

La noche se mueve.
Los autos se mueven.
Se mueven las luces, los astros, los perros callejeros, las paradas de colectivo, los taxis y los travestis.
Se mueven las aguas de los cordones, las zapatillas rotas de los vendedores en la vía, los canas y la guardia urbana.
Porque es de noche, todos se mueven.
De día, simplecitamente se dejan llevar por los cánones de la luz y los arroyos de la civilidad.
Pero es de noche y urge lo urgente, se vierten las vertientes y todo no deja de pasar.

Pavimentos que brillan como la promesa inaudita que nadie se anima a mirar con la cara en alto.

Balcones lejanos que invitan desde su contraluz caliente, pura e inquieta como una hurí albina.

Bailarinas clásicas de tutú frufrú verdioscuro agitando las copas de los árboles negros de esta noche alucinada.

Voces que susurran murmuran y sesean tartamudeando en tropezón con sus lenguas inmateriales, pequeñas calientapavas del viento.

Las sendas peatonales se encienden como un teclado de gigante para tocar la canción inaudita de Alma Mahler.

Los soldados desconocidos bajan de sus pedestales inanes y besan a muchachas que entre sorprendidas y ardientes solamente fumaban faso a escondidas de sus padres en algún banco de plaza.

La noche se mueve, entonces.

Como una rueda de carro, la noche no se queda quieta.

Y girando, en el centro girando, girando.

Yo.

Hijamadre

hija de la libertad y madre del viento
las relaciones filiales delimitan nuestros rostros
y la particular manera en la que camino
la ausencia de senderos

niña violenta de los pastizales
cuerpecito tendido entre yuyos e insectos
las uñas sangrando pelea
y el aire
siempre el aire
desparramando furia y recuerdo
promesa y estandarte a la deriva

señora intensa de los vendavales
cello de los acantilados
envuelta en seda brillante
con el rojo de las naves vencidas
con el azul de las que nunca zarparan
con el dorado color de las que regresan
una y otra vez
eternamente

es entonces que
la tierra se abre como pariendo
nosotras la acunamos
entre los dientes albos de la noche

domingo, 8 de enero de 2012

Recetario

un color para la eternidad
otro para el silencio
una corchea para recuperar el camino
cinco compases para soportar la distancia
una palabra para que no se note
sendos poemarios para el tiempo que no llega
un andar firme
para el horizonte que se evade
una danza plena de atavismo
para colmar los vestíbulos de la sombra.