miércoles, 31 de agosto de 2011

Yo


Sansón fémina al vesre
anoche
aburrida del lado estable y pobretón de la existencia
lavé mis cabellos
tomé unas tijeras
y corté
con la alegre rebeldía
del que sostiene las columnas
del templo de sí mismo

miércoles, 24 de agosto de 2011

Botellas al mar desde una isla desertada.


Esta soy yo.
Esta soy yo.
Miro mis manos en su poco frecuente forma de tipear.
Presto especial atención al silencio de la casa a medias vacía que habito.
Me detengo en el orden no arbitrario de las cosas que tanto se parece al caos.
Respiro a través del entramado de palabras que son mi enlace.
Celebro calma los gestos de amor que intermiten caracter y caracter.
Descanso la frente sobre el pulso catódico de la noche, remedando el sacramento de mayor humildad o la entrega a la mayor de las derrotas.
O ambas cosas.
O ninguna.

jueves, 18 de agosto de 2011

Borderlina.

1.
Camino la cornisa de la vida
el acantilado del fin del mundo.
La muerte no es tormento
la disolución no es amenaza.
Tienen el rosto apacible de una promesa
blanca
la sonrisa de ojos entrecerrados
de quien acepta por fin lo que no pudo
lo que no supo
lo que en realidad no quiso
y se suma a la iluminada humana condición
de la derrota.
2.

Cuando llego al borde cierro los ojos. Al apretar los párpados algo se escapa y se desliza y se despega. No sé si vuela. No sé.
Allí, de pie en el borde hago nacer la noche al cerrar los ojos. Mi cuerpo descansa cuando el mundo desaparece, lo que me da una idea más o menos clara acerca de cómo hallar algo de calma.
Cuando hago desaparecer al mundo, queda el recuerdo.
Un recuerdo solo.
El recuerdo de la playa salvaje y sin luna donde perdí el sentido de los límites y todo era rugido de mar. Una nada feroz donde nadar sin tiempo. Yo, una oscuridad eterna que me atravesaba. Como los elementos, éramos cuatro: lo noche, lo rugido, lo frío y yo.
Me pregunto cómo se regresa de esos confines.

lunes, 15 de agosto de 2011

Tras la niebla.


No olvidar
Jamás olvidar
sino deliberadamente
en el uso pleno de la conciencia
ejerciendo cerrada la voluntad en un puño
despojarse de los sueños
-esas mistificaciones egocomplacientes-
y de los estatus adquiridos
-esas mistificaciones egocomplacientes-
y de las acciones que se ejecutan a la perfección
-esas mistificaciones egocomplacientes-
y de los supuestos afectos
-esas mistificaciones egocomplacientes-
y del deber y la bella visión de la justicia
-esas mistificaciones egocomplacientes-
y de los nunca y de los siempre
-esas mistificaciones egocomplacientes-
para mirar cerquita de mis pies
el entorno microscópico que me tiene como eje.
Cuando caen los vestiditos vaporosos tras los que me escondo
caen también las ropitas de los muertos que me rodean.
Y por fin soy libre.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Ojos

La infancia
con su cruel resplandor
me dejó la riqueza
de la diversidad del mirar.
Mirar de coté lo que brilla
y promete
y niega
y se va.
Mirar desde abajo de la mesa
con las reales perspectivas
de quien se guarece y tiene miedo.
Mirar desde los rincones
muy oscuros
o muy altos
o muy bajos
o muy cercanos
o imposiblemente lejanos
donde la risa compartida enseña
el ancestral arte de la supervivencia.
Mirar a través de
papelesletrasimagenessonidosactitudesposesgestos
mármolesgranitosbronces
y encontrar la puertita del ático del fin del mundo
donde se esconde
el suavecito plumón de la esperanza.
Mirar con furia y llama
-casi una lanza doble nacida en ojos que se aguzan-
la mano que aplasta el brote
y la bota que endurece los suelos
aireados para la siembra.


La infancia
con su horizonte infinito
poblado de cuerpos amados
y palabras livianas
me dejó la risa
sencilla pero indomable
de los que viven el día.

sábado, 6 de agosto de 2011

Diálocos I

Che, vos...¿y?
¿y qué?
¿para cuándo?
¿PARA CUÁNDO QUÉ?
¡¿cómo QUË?! Todo eso.
No te entiendo. Explicate.
Todo eso que venís cantando.
...
Me hace soñar todo eso que cantás, por eso quiero saber cuándo.
Bueno, no... en realidad no es así la cosa.
¿Qué querés decir?
No es que eso de verdad vaya a pasar...
¡...! ¡¿ES MENTIRA?!
NO nonononono... mentira no, metáfora... ME TÁ FO RA. Bue, no pongas esa c... che, no es para tomárselo así. Pará, pará...
...yo pensaba que... y ahora nada... así... qué me queda...
Mirá, no sé qué decirte... Nos quedan las palabras...
METETELAS EN EL ORTO A LAS PALABRAS. YO QUIERO QUE DE VERDAD SEA ASÍ. PARA QUÉ MIERDA DECÍS COSAS Y ME ABRÍS LOS OJOS A ALGO QUE NO EXISTE.
Existe, pero de otra manera. Si cerrás los ojos...
ASÍ CUALQUIERA. YO QUIERO PALABRAS CON LOS OJOS ABIERTOS.
(risita burlona desde atrás de la escena)
¿Quién...?
DE QUÉ TE REÍS PEDAZO DE PELOTUDO.
De nosotros. Mirá... ¿ves esto?
Es barro.
Ajá. Dame un mes, y será otra cosa. Lo voy a trabajar, o lo voy a cultivar, o lo que sea. Y a eso que sea le voy a poner nombre.
...ah, el poder de poner nombre...
No, querida. Es el poder de usar las manos y mirar a lo lejos. El nombre vendrá después.
¿VES BOLUDA? TANTO DECIR VOS, UNA SOMBRA QUE NUNCA VIENE.

viernes, 5 de agosto de 2011

Ruido

Las palabras son eso.
Naditamente más que eso.
El maquillaje de las fieras y de los angelitos.
Algodoncitos para amansar lo que duela
siendo lo que duele
la distancia, la ausencia o el mero estarse
acá.
Las palabras fetiche
palabras mercancía
puestas a rodar en el mercado del buen decir.
Aún las mejor intencionadas
que intentan rozar lo cierto
ninguna puede dar en el centro de lo real
así
como lo hace el silencio.


¿Reconocés el sonido
de los colibríes?
Lejos de ser un canto veleidoso
en búsqueda de váyase a saber qué armonía
es el trabajoso runrún
de alitas incansables
procurándose sustento
esparciendo a su vez misma
la vida de la flor.


Hace tiempo hice mi duelo:
un año sin escribir.
Después de eso me dejé llenar por voces,
las moldié, las amasé,
me moldearon y amasaron,
moldeamos y amasamos la materia que
entre ellas y mi mirada
pudimos sostener con las manos.
Por eso no le pido a la palabra lo que no puede
y hago con ella
lo que buenamente podemos
acceptando las dos
el imperio de lo silente.