domingo, 12 de diciembre de 2010

Cruzando el límite de la sombra

Porque estoy muy triste
porque tengo miedo
porque amparé a Ereshkigal pequeña en mi seno
para acunarla en su eterno llorar al día

Hermanas Tejedoras
abro el corazón a la vida
al dulce transcurrir de la noche
en su movimiento de río manso

Me entrego a las aguas del señor que ve en lo oscuro
caminando paso a paso la entrada y la salida de los mundos inferiores
acompasada por el aletear de libélulas y demás seres del aire
urdiendo los mensajes que aclaran la mirada
y alivianan la carga umbría
de nuestros corazones

Les pido, mujeres bajo el Árbol de la Vida
que el amanecer se derrame urgente
sobre las hebras de mi destino

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