viernes, 3 de junio de 2011

Mater

es sorprendente
casi inaudita
la forma en la que aprendí el ejercicio
de la maternidad de mí misma:
dispensarme estos cuidados tiernos
cuando arrecia el frío en el mundo;
cerrar filas sobre lo más amado
para preservar la tea
que echa luz sobre el camino;
estrenar ojos de anciana recién nacida,
entrecerrarlos en señal de reconocimiento
ante las viejas tretas del desamparo
que nos fuerzan a crear destino,
pincelar horizontes,
apalabrar lo callado o
mansa
mansa
mente
aquerenciarse al profundo sentido
del silencio.

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